Lo que no puedes controlar

Lo que no puedes controlar.

Hace unas semanas que mi vida ha cambiado por completo, un día estás luchando por que todo en la vida se mantenga estable y al otro todo es un desastre del cuál no comprendes nada. Y sin duda alguna esto es algo que tarde o temprano, en mayor o menor escala nos sucede a todos, pareciera que la vida nos tiene preparadas las peores sorpresas cuando parece que la estamos pasando mejor.

¿Pero en realidad deberíamos sentirnos mal por estos revolcones que nos da la vida? ¿O hay una manera de sentirte mejor y sostenerte de lo poco que te queda?

Por un lado, tenemos todas estas emociones negativas de frustración, enojo, coraje, estrés, soledad, incertidumbre, miedo… de las cuales no debemos olvidar que en la evolución humana han tenido un papel muy importante, ya que sin ellas nuestros antepasados no hubieran sido capaces de sobrevivir, adaptarse y evolucionar. Un ejemplo sencillo de esto, es cuando nos da olor a quemado dentro de casa, un sentido de alerta se activa de inmediato para buscar la fuente del olor, que sabemos podría ser algo malo para nosotros, ese estrés y miedo momentáneo puede salvarnos la vida a nosotros o a alguno de nuestros seres amados.

Por otro lado, sabemos que construir relaciones con otras personas son una parte importante de la felicidad y el bienestar personal, pero cuando esa red de apoyo que nos ha costado trabajo tener se comienza a desmoronar por cualquier razón, es muy válido que nuestra felicidad decaiga, que nuestro bienestar se afecte de manera negativa, en ocasiones sentiremos que nos hemos quedado completamente solos o que no podemos encontrar quien nos ayude a seguir adelante.

Lo primero que necesito comentar aquí… es que lo primero que necesitamos hacer es uso de esta negatividad en nuestro favor, debemos identificar cuáles son esos “olores a humo” y correr rápido a apagarlos, o a un lugar seguro, entre estas dos opciones no siempre tenemos claro cuál es la mejor opción, así que tal vez sea mejor dejar a nuestro instinto decidir entre acercarse o alejarse.

Enseguida, recordemos que en la vida hemos caminado ya algunos años y que las personas que tenemos (o teníamos) a nuestro lado no han sido las únicas con las que hemos interactuado en la vida, hay mas personas que también han sido importantes y que tal vez hoy, cuando nos sentimos solos, sean ellas quienes estén a nuestro lado, aún después de muchos años de no estar cerca.

Y finalmente… podemos controlar nuestros sentimientos y la reacción que tenemos, podemos controlar el contacto con nuestros viejo y nuevo amigos, pero lo que no podamos controlar no debe ni tiene por qué afectar a nuestros niveles de felicidad, que tal vez son muy bajos en algunos momentos, pero si hay algo que no controlamos, no pongamos nuestro bienestar en ello. Algunos ejemplos podrían ser lo que otros dicen de nosotros, los bienes materiales que otros destruyen o roban, hasta el mal clima que a veces parece estar en nuestra contra… si no lo puedes controlar, no lo consideres esencial para tu felicidad y enfócate en lo que si está en tus manos.

Deja un comentario