Y… si fuera Jesús?

Hace apenas unos días hemos comenzado con los procesos de hemodiálisis después de haber pasado dos semanas con Alex hospitalizado. Por “suerte” me ha tocado acompañarlo las dos ocasiones que está tercera semana ha regresado al hospital para tal procedimiento.

La primera ocasión me tocó en la noche, no habían muchos pacientes y yo era el único familiar que estaba afuera esperando, y de repente cuando me estaba quedando dormido, una persona estaba frente a mi y comenzó a platicarme de todo… literal de todo, no me dio oportunidad de aburrirme, pero tampoco de dormirme. Ese día me pareció muy inoportuna su presencia ya que no pude descansar ni un poco.

Pero dicen que todo pasa por algo… desde ese día me quedó en la mente un momento muy específico de su plática. Contextualizando un poco, ella estaba acompañando a un familiar en el proceso de diálisis, y por la plática que me hizo entendí era muy católica.

Comentó que es muy difícil tener esta responsabilidad de acompañar a alguien al hospital, porque a veces cargamos con problemas o malos entendidos con las personas que acompañamos, y los más fácil sería hacer lo que hicieron sus hermanos, dejarla con la responsabilidad a ella y su hermana. Así mismo ella, desde su ideología católica me preguntó “¿pero que haríamos si ellos fueran Jesús?, no podemos dejarlos solos”.

Claro que de inmediato entendí la metáfora que ella estaba planteando, he atendido muchas clases bíblicas y estudiado sobre la fe católica para darme cuenta que ella estaba personalizando a Dios en nuestros enfermos, en nuestros seres queridos. Y… si fueran Jesús?

Y esto no tiene que ver con ser católicos o no, cristianos o no… tiene que ver con un propósito más grande que nosotros mismos, con la práctica de la empatía en nuestros corazones, con la sensibilización de que todos podríamos necesitar ayuda algún día, con la práctica del amor incondicional, y también con el amor a uno mismo. Así es como lo entendí.

Por supuesto que esta historia no termina hoy (por cierto, estoy escribiendo esto sentado en las bancas de la sala de espera que están en la fotografía)… podría durar años la necesidad de venir a hemodiálisis, lo importante es encontrar esa razón que está detrás de la pregunta “y… si fuera Jesús?”

Esperanza y Serenidad tras un comienzo no tan bueno.

Hace algunos años, me sorprendió descubrir que la esperanza y la serenidad son dos de las 10 emociones positivas que la literatura identifica como principales (según las investigaciones de Bárbara Fredrickson). Pensaba que la positividad debía estar rodeada de sonrisas, ruido, colores, estruendo y toda clase de celebración. Sin embargo estas emociones no encajaban con esa definición que me había formado.

Después de conocerlo, comencé a cuestionarlo y practicarlo… no cabe duda que hubo escepticismo de parte mía, ya que estaba rompiendo un paradigma que me había acompañado por décadas. ¿Cómo algo tan soso y sin sabor podría ser considerado una emoción positiva? No ahondaré mucho en el proceso, pero créanme que vale la pena comenzar a identificar esos momentos donde en lugar de “dejar de estar feliz” cambiamos nuestro mood a algo más tranquilo, a un estado de serenidad, o a una sensación de esperanza.

Serenidad y esperanza no son ruidosos ni alguno de esos adjetivos que enliste antes, pero tampoco te hacen sentir mal. ¿Entonces? La serenidad te lleva a la aceptación del presente, de la situación que estás viviendo, te ayuda a mantener despejada la mente y te mantiene en alerta para cualquier eventualidad. Por otro lado la esperanza es la confianza que ponemos en que el futuro será mejor, siempre y cuando tomemos acción para que esto suceda.

Aunque solo son mis definiciones personales, es una manera de explicarles por qué ambas son emociones positivas… ¿y por qué les hablo de ellas?

Este año, 2023 no nos recibió con los brazos abiertos… más bien nos dio con la puerta en la cara mandando a una de mis personas amadas al hospital, entrando por la puerta de emergencias… no se alarmen, todo está controlado el día de hoy… pero sin duda la vida me colocó en una posición poco incómoda y que no deseo a nadie. Ese día, las emociones negativas fueron las que nos trajeron al hospital, esos focos de alerta que tenemos y nos hacen reaccionar ante situaciones desconocidas y descontroladas; miedo, frustración, ansiedad, descontrol… son solo algunas de las emociones en los primeros momentos, y no están mal!!!

Pero tras este momento de estrés y reacción, conociendo la fuerza que puede tener la esperanza y la serenidad, he podido lidiar con estos otros sentimientos, que, de otra manera, se hubieran convertido en un estrés incontrolable.

Lo importante es… conocer el abanico de emociones, saber que no solo existe estar “bien” y “mal” sino qué hay más, entre las cuales tenemos la fortaleza de decisión.

Lo sé, no es magia… pero poco a poco estos conocimientos nos irán haciendo más fuertes. Espero les pueda ayudar de algo, ojalá llegue a alguien que lo necesite.

Acción de Gracias

Hoy comenzamos una temporada maravillosa de festejos, se que no en todas partes lo festejamos pero #Thanksgiving o Día de Acción de Gracias marca el inicio de una temporada llena de magia, fe, amor, esperanza y por supuesto #Gratitud.
En este marco te comparto esta pequeña reflexión y un par de ejercicios que nos ayudan a fortalecer la gratitud, acompáñate de tus seres queridos y disfruta mucho el inicio de esta temporada de fiestas.
Te espero para nuestra actividad de #ThanksDecember

Ejercicios de Gratitud